La Colegiata de Santa María es un compendio de la historia del arte aragonés, ya que abarca elementos de distintos estilos artísticos, y épocas diferentes. Desde el maravilloso claustro mudéjar hasta la arquitectura barroca del coro y la sacristía.
El claustro, que ocupa el recinto donde se asentó la mezquita bilbilitana, no es el único recuerdo del mudéjar, ya que a este estilo, pertenece también, la sala capitular de la Colegiata, o la esbelta torre campanario de planta octogonal que fue construida en el siglo XVI, por eso no es extraño que en su decoración, se combine el arte mudéjar con el renacentista, por medio de medallones y arcos de medio punto.
Igualmente, es renacentista, la portada-retablo realizada en alabastro que acoge unas puertas de roble y nogal.
En cuanto a su patrimonio barroco, destacan el retablo mayor de estilo barroco elaborado en 1617, otro retablo, el de la Virgen Blanca con una talla del siglo XV, y un lienzo, que se conserva en la capilla de san Joaquín.
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La Colegiata del Santo Sepulcro fue construida en el 1156 por los canónigos regulares de esta orden de Jerusalén. La primitiva fábrica fue arrasada a comienzos del siglo XVI para construir en el mismo lugar la que ha llegado hasta nosotros.
Principal templo en España de esta Orden.
La nueva planta es del siglo XVII. Tiene una fachada con 3 puertas, flanqueada por 2 torres y un tabernáculo digno de mención.
Casa matriz de la Orden del Santo Sepulcro en España.
Estructuralmente, es una réplica del Santo Sepulcro de Jerusalén.